martes, 8 de noviembre de 2011

CONSUMO DE DROGAS imágenes


CONSUMO DE DROGAS

CONSUMO DE DROGAS

Es un problema preocupante en nuestro medio el consumo de droga y alcohol, y cómo este consumo se inicia cada vez a edades más precoces, no es un problema sólo personal, como si se tratara de que tanto el consumidor como el proveedor sean malas personas, y la solución hubiera que buscarla por medio del castigo ejemplar para los "malos". La solución al consumo excesivo de alcohol y otras drogas no se reduce a controles policiales más o menos sofisticados y bien logrados; aunque esa presencia policial sea necesaria, la verdadera solución hay que buscarla por otras vías que tienen que ver más con el mundo de la educación y de la cultura en que nos movemos.
Vivimos en una cultura que impulsa al ser humano al individualismo exacerbado y a la evasión. Muchos hombres y mujeres de nuestro ambiente no saben ni son capaces de enfrentar constructivamente su realidad, y tienden a evadirse de ella de la manera que sea. Una forma fácil de escaparse de la realidad es el alcohol y las otras drogas. El problema de la droga es un problema que tiene mucho que ver con una vida carente de sentido. En el desarrollo de la personalidad tiene mucha importancia el sentido social, el sentido comunitario; el ser humano es relacional, y si falla esa relación humana, falla también el encuentro consigo mismo, la propia realización personal.
Motivaciones para consumir droga:
Falta de comunicación familiar y social: La comunicación es esencial para el desarrollo de la persona, pues gracias a ella el sujeto es capaz de saberse aceptado y amado. Desde el primer momento de su existencia el ser humano es relacional; puede vivir, gracias al cuidado y atenciones de los demás. Al nacer, la persona humana es la más desvalida entre los mamíferos: no podría sobrevivir sin los cuidados, esmeros, y atenciones de sus padres. Gracias al arropamiento acogedor de los adultos que le rodean, el ser humano podrá desarrollar sus potencialidades y capacidades de vida. Necesita de los demás para tomar conciencia de sí y llegar a ser él mismo.
Falta de sentido de la vida: El sentido de la vida tiene mucho que ver con la esperanza. La esperanza es el nervio de todo progreso humano y motor del desarrollo (Montes 1995). Cuando hay motivos de esperanza hay motivos por los cuales vale la pena luchar. Gracias a la esperanza el hombre es capar de sacrificarse, de realizar esfuerzos, enfrentar ciertos sufrimientos y postergar la gratificación inmediata en aras de otros objetivos de largo alcance (ej. estudiante responsable que es capaz de renunciar a la gratificación de una fiesta por la esperanza de obtener buenos resultados académicos).
 Falta de verdadera libertad: El alcohol y la droga son signo de esclavitud y no de libertad. El abuso del alcohol sirve en algunas ocasiones como recurso fácil para la desinhibición y manifestación liviana de sentimientos y emociones. Quien recurre al alcohol para conseguir estos logros es probable que sea víctima de una personalidad bastante saturada de complejos de inferioridad más o menos latentes, y baja autoestima. Si logra esta desinhibición mediante el consumo de alcohol, es posible que esta droga u otra cualquiera se constituya por sí misma en refuerzo y motivación para seguir consumiéndola. Por eso, una vez iniciado el consumo excesivo de droga, ella misma se convierte en la principal motivación para el consumidor, quien verá alterada su relación con la sociedad (familia, compañeros, amigos), ya que deja de cumplir sus compromisos con los demás.
Falta de la imagen paterna: Todo estudioso de la psicología sabe muy bien la importancia del padre para nuestro desarrollo personal. El padre es el símbolo del superyó, el autor de las normas que dan seguridad y que nos dibujan el mapa de navegación para la vida. Gracias a la autoridad paterna (autoridad, no autoritarismo) el niño va creciendo en el discernimiento de lo que conviene y no conviene hacer. El padre representa las normas de conducta y de valor. Pues bien, se dice que Chile es una sociedad sin padre.
El drogadicto sufre un proceso de despersonalización. Esto significa que se altera la relación del individuo enfermo con la sociedad, y se desestabiliza su rol como estudiante, trabajador, padre de familia, etc. Señalemos algunos síntomas de estas consecuencias:

1. Deterioro de la imagen personal.
2. Aislamiento.
3. Estigmatización.
4. Rechazo social.
5. Relación de pareja.
6. Vida familiar.
7. Rendimiento escolar y problemas de conducta.
8. Desempeño laboral.
9. Riesgo de accidentes.
10. Incidencia en conductas delictuales.
11. Costos de tratamiento.
12. Riesgo de SIDA.